Barcos Hundidos: El Naranjito

Cuando empece a practicar el submarinismo, una de las cosas que mas me apasionaban ademas de poder ver los fondos del océano y sus animales, sobre todo los tiburones que son mi pasión, era la posibilidad de poder ver de cerca los tesoros que venidos de la superficie se quedaron para siempre en dichos fondos, esto son los barcos hundidos. Barcos que ademas de una estructura que con el tiempo se convierten en arrecifes artificiales tienen una historia y que en muchos casos esconden grandes curiosidades en sus restos.
Por el momento no he tenido la oportunidad de bajar a demasiados pecios, pero no tengo prisa y ya irán llegando. Aun así he tenido la oportunidad de conocer mi primer gran pecio y en el cual tenia ganas de sumergirme desde que empece con el buceo: el Naranjito, en Cabo de Palos. Como ya explico en la presentación del blog no hace falta de ir a las Bahamas o Mar Rojo para poder disfrutar de buceo en pecios, en España también tenemos algunos interesantes y mas económicamente accesibles como este.

El 18 de noviembre de 1918 el Nadir, un buque a vapor de carga de casi 50 m de eslora construido en el astillero de Cádiz, y el cual tardo bastante en poder ser vendido, comenzó su botadura y puesta en escena. Ya en 1926 cambió de nombre y pasó a llamarse Magurio hasta que en 1935, adopto el nombre con el que todavía algunos le conocen: Isla de Gomera y con el cual realizaría su ultimo viaje.
En la noche del 13 de abril de 1943, sobre las tres y media de la madrugada, con viento moderado, con bruma, atmósfera un poco cubierta y la mar un poco rizada, el Isla de Gomera naufragaría debido a una vía de agua en el casco a estribor, desapareciendo en las aguas de Cartagena en menos de 1 minuto. Según declaro el capitán D. Alfredo U.A.: “el barco dio un movimiento brusco de escora. Inmediatamente empezó a hundirse de proa y, hallándome en el puente con el timonel Valentín L.G., solo me dio tiempo para coger un salvavidas. Me eché al agua para cuando el barco ya estaba del puente para proa hundido. Desapareció en menos de un minuto. Quedé en el agua agarrado a cajas de naranjas que flotaban, oyendo la voz de varios tripulantes que flotaban asidos a más cajas.Permanecimos a la deriva hasta que, ya de día, una embarcación de pesca nos recogió conduciéndonos a Cabo de Palos, donde fuimos atendidos y asistidos por las Autoridades de Costa».
Tan pronto amaneció en Cabo de palos, la costa de Cabo de Palos se lleno de las naranjas que trasportaba el barco, desde entonces al barco de vapor se le conoce como El Naranjito.

Durante el hundimiento, el maquinista de a bordo, D. Manuel E.S. y que había ocultado a su señora y cuñado en el barco para que pudiesen visitar Barcelona, destino del Isla de Gomera, perdía tras el hundimiento a su esposa y cuñado, debido al frió y el cansancio hasta que fueron localizados. En aquel entonces, que una mujer estuviera en un barco de esas características era mal augurio, esto junto a las dificultades que hubo para vender el barco, fue tres veces cambiado de nombre y que su hundimiento se produjo en la noche de un martes 13,  marcarían la pequeña leyenda negra de este barco.

Mi inmersión en El Naranjito fue creo recordar en un mes de Septiembre aunque no es un barco que este hundido a demasiados metros ya que la parte mas profunda que es la parte de la hélice se sitúa a 45m de profundidad, los clubes que realizan inmersiones en el mismo solicitan cierta experiencia o numero de inmersiones ya que en una escala de 1 a 5, califican esta inmersión con un 3.
Era mi segunda inmersión en barco hundido pero no a tanta profundidad, como ya he dicho, no le tenia miedo pero si respeto por ser la primera, previendo que a esa profundidad quizás hiciera algo de frío,  fui bien preparado, ya sabéis  cabeza y extremidades bien abrigados para no perder de forma drástica el calor.
Llegamos con la zodiac hasta el punto de la inmersión, en medio de la nada del océano, una vez allí  para marcar el punto tuvimos la suerte de que en ese momento el cabo que marcaba el punto de la inmersión se encontraba en su sitio por lo que pudimos bajar guiándonos nos del mismo. Al principio estaba nervioso ya que para mi siempre es apasionante ver barcos hundidos y mas este del que tanto había oído hablar. Cuando empezamos a bajar, habíamos alcanzado en muy pocos segundos los 15 m de profundidad y yo aun solo veía el azul, era un día tranquilo, con buena temperatura tanto en superficie como a profundidad, apenas hacia frío  mas bien unos 20 grados de temperatura cuando llegamos a los 23 m, la visibilidad era aproximadamente de unos 10 m, muy buena, y una pequeña corriente no muy fuerte de sur.

Alcanzados unos pocos metros mas de repente bajo mis pies casi sin tiempo de reaccionar, ya que estaba mas pendiente de mirar mi ordenador para controlar profundidad, tiempo y temperatura, apareció ante mi El Naranjito, ese buque a vapor impresionante, del que ahora solo queda  un montón de hierro bajo el mar, pero del que aun queda mucho de lo que un día seguramente fue. Ya no notaba nada, solo admiraba aquel barco hundido y disfrutaba de poder moverme alrededor suya. Me situé en el centro de la cubierta, para flotar lentamente mientras disfrutaba de todo, hasta lo que en un día quizás fuera la sala de mandos, con sus ventanas y su armazón. Nos desplazamos hasta los 30-35 m para poder recorrer su lateral hasta lo que seria la hélice. Nadando lentamente para observar todas las especies que moran en el: Dentones, bogas, congrios y morenas y muchos nudibranquios. Sumergiéndome hasta los 42 m me puse frente a la hélice de aquel barco, impresionante ante mi y pude imaginar la fuerza que podría imprimir dicha maquina en aquella hélice para mover aquel impresionante barco.
No podía dejar de admirar aquel barco hundido y disfrutar de poder moverme por toda su longitud, para finalizar pude adentrarme dentro en las estancias de proa y echar un vistazo a la bodega, es impresionante lo que se siente estando ahí dentro, dentro de un barco  hundido.

Pocos minutos después ya que la inmersión apenas duro unos 20 min por la profundidad y el consumo de aire, comenzamos a ascender con las consiguientes paradas de descompresión, admirando como volvía a dejar en el fondo marino a aquel mastodonte de acero y hierro. Cuando salí  me sentí muy contento de aquella experiencia y ya pensando en cuando volvería a visitar al Barco Hundido por excelencia de Cabo de Palos.

Podéis ver en este vídeo de Youtube una inmersión en El Naranjito. Ya que yo no pude filmar la mia. 😉

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